Entrevista al antiguo vicepresidente de la Colectividad de UGT en Tomelloso

Ficha

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Signatura

CAÑAS_01_02_03

Serie

Entrevistas para Tomelloso en la frontera del miedo

1.3. Título

Entrevista al antiguo vicepresidente de la Colectividad de UGT en Tomelloso

1.4. Clase de documento

Grabación sonora

1.6. Subtítulo y/o información complementaria

Realizada por Miguel Ángel González

1.7. Mención de responsabilidad

Ayuntamiento de Tomelloso

4.6. Fecha de publicación

1990-sm-sd

5.3. Extensión y designación específica del material

5 audios (mp3):
Parte 1 de 5: 32'10" (23,77 Mb) CAÑAS_CS_01_A
Parte 2 de 5: 32'12" (24,23 Mb) CAÑAS_CS_01_B
Parte 3 de 5: 31'51" (43,20 Mb) CAÑAS_CS_02_A
Parte 4 de 5: 32'49" (43,11 Mb) CAÑAS_CS_02_B
Parte 5 de 5: 09'20" (12,65 Mb) CAÑAS_CS_03_A

5.4. Otras características físicas

Casete Normal Bias, estéreo

7.4.A. Notas que complementan la información de un área determinada

Los audios se grabaron en 5 caras (de 30' cada una) de 3 casetes.
En la parte 5, la entrevista finaliza en el minuto 09'22", siguiendo a continuación el audio de la sesión del Pleno del Ayuntamiento de Tomelloso de 30 de marzo de 1990. Por este hecho, creemos que la grabación de la entrevista se hizo sobre esa grabación previa de la sesión del pleno.
En la edición del audio se han cortado los tramos correspondientes al inicio y final de la pista, conservándose exclusivamente la grabación de la entrevista.
Se normaliza el volumen de los audios y se reduce el ruido.
Las casetes originales se conservan en el Archivo Municipal de Tomelloso.

7.4.M. Nota de contenido

Parte 1 de 5: CAÑAS_CS_01_A:

- Agrupación de tierras de obreros y patronos a través de la Colectividad en Tomelloso durante la Segunda República. Yo era hortelano. Me apunté a la Colectividad, pero no quería mandar. Ángel Patelo era el presidente y, en la primera reunión, en frente del Mercado, donde había un colegio de monjas, hay eran las reuniones, y me apunté a un grupo para el campo, a un sitio llamado Malabad. Fui delegado de ese grupo. Y cuando salí a la calle, dije: «Yo no quiero ser delegado». Un Pantorrilla de mote, cuando llegamos al campo ese lunes para empezar a podar, no cogió hilo, y al preguntarle por qué, dijo que era el supervisor. Luego pidió un bidón de vino, y yo ya sabía que en un quinto, si hay 10, 15 o 20 cuadrillas, el delegado debe trabajar como los demás. Al exigirle que podara, si quería ser delegado de grupo, renunció.

- Todos los domingos por la tarde, en el Teatro Álvarez, nos reuníamos para repartir el trabajo entre unos y otros. En la Comisión de Agricultura averiguaron que yo era hortelano, aunque al principio lo oculté porque no quería salir de delegado.

Algunos de los patronos se quedaron en sus fincas trabajando a jornal como obreros.

Estábamos 24 delegados: 23 del campo y 1 de huerta, hasta que luego se partió CNT y UGT. Pedí 3 pares de mulas. Teníamos las oficinas en la calle Doña Crisanta, enfrente de la farmacia. Yo tenía un quinto de hombres y me daban, las semanas que no había pan, 3 kilos por hombre.

Los tiempos aquellos de darle el paseo a la gente ya se terminaron, les dije a los de mi quinto, y al que cumple hay que respetarlo.

- Luego, cuando se dividió la Colectividad, en el año 1937, nos reuníamos los de la UGT en la casa de doña Loló. Los comunistas entonces estaban en la CNT.

Los delegados se quedaban con más pan y carne de la que les correspondía, lo que provocó mi indignación y que pusiera medidas para evitarlo. La carne se debía dar con el vale sellado con el sello de abastos (se cobraba en vales).

- Al terminar la guerra, nombraron una comisión investigadora entre los patronos para ver las reparticiones hechas. Me salvaron la vida los que había de derechas allí empleados.

Fui delegado general de abastos, de hortelanos y vicepresidente de la Colectividad. El contable que tenía yo era don Francisco Granero.

Falange la pusieron en el casino de la plaza. Allí era donde se ponían las denuncias. Tres denuncias vinieron para mí, de los tres más sinvergüenzas del pueblo: Palacios, Noblejas, que era policía, y del Chato Palizas

En la calle de la Feria, esquina a la calle la Paloma, había una huerta de los Malaños, y en ella un pino muy grande.

Parte 2 de 5: CAÑAS_CS_01_B:

El pino de la huerta se sacó durante la guerra.

- ¿Por qué surge la Colectividad a últimos del 36? Sí, a remate vendimias. Ellos se quedaron con las cosechas, y hubo que trabajar con los bancos. Ellos no querían mandar trabajo en las fincas grandes y por eso surgió la Colectividad.

- ¿Cuántos colectivistas pudo haber? Muchos, 5.000 o 6.000.

Tanto agrarias como industriales, la mayoría fueron incautaciones, pero también hubo cesiones voluntarias, sobre todo de gente pequeña, que les daban un sueldo y no querían «romperse la cabeza».

Como no duró mucho tiempo, de que se quisieron pagar las trampas, no hubo reparto para nadie. Se ganaba un sueldo para vivir bien, pero nada más. Todo esto para los campesinos, porque los que colectivizaron las bodegas podrán decir lo que ocurrió con el vino que había.

Fincas grandes se cogieron muy pocas, porque no las había, solo 10 o 12. Si se entró en parte de Argamasilla, fue porque ellos consintieron. En este pueblo, la reforma agraria estaba hecha al ser un pueblo nuevo.

Los colectivistas aportaban a la Colectividad lo que tenían: las pocas fanegas de tierra que tenían y si no tenían nada, pues nada. No se consintió que quedaran fincas privadas con manos asalariada, aunque luego hubo de todo.

Si no se hubiera dividido entre los del campo, los bodegueros… hubiera sido todo mejor. El ayuntamiento estaba de nuestra parte. Si se formaron colectividades fue porque el gobierno quería, si no, no se podían formar. Al haber esos «decretos» del gobierno, los más allegados al consejo fuimos los que empezamos a reunirnos para ponerlas en práctica.

Con 7,5 hectáreas ya podías subsistir con lo tuyo, pero en Tomelloso la mayoría de los pequeños se fueron a la Colectividad. Los grandes propietarios arrendaban lo que les convenía, normalmente las tierras más inferiores. El mediano propietario, con 20 o 40 hectáreas, tenía para vivir bien, pero la mayoría se fueron con la Colectividad, al igual que ahora con la Cooperativa del Vino, que a casi todos les tiene más cuenta que solos.

Los pequeños propietarios decían: «lo nuestro a disposición, antes que n’a». A veces no tenían dinero para mandar a arreglar sus fincas. Casi todos los jornaleros y pequeños propietarios se vinieron con nosotros.

- Dentro de la colectividad del campo se incluían los oficios afines: herreros, guarnicioneros, esquiladores, carreteros… Los grandes propietarios dieron las tierras por fuerza. Lo mismo cobraba el mayoral que el obrero.

- Al principio de fundarse la Casa del Pueblo, el pueblo estuvo un poco incrédulo, hubo que trabajar mucho, pero luego se fueron dando cuenta… Además, cuando sabían que era de la Casa del Pueblo ya no querían trabajar, «que lo hagan otros».

- Luego, el entrevistado habla sobre las condiciones en las que se trabajaba en el campo a principios de los años treinta: que se iban de semana o de dos semanas, dependiendo de la distancia de la labor; lo que comían, gachas para desayunar con algo de tocino del gordo que cada uno se llevaba, unas pocas patatas a la hora de comer, pan mojado en vino para merendar y sardinas saladas para cenar. Había muy poco aceite y nada de azúcar.

Parte 3 de 5: CAÑAS_CS_02_A:

- Si no viene nadie, de Madrid, de la CNT, aquí no matan a nadie. Al primero que mataron fue a don Vicente Borrel por el caso de la muerte de Pichele (ocurrido en el 35). Fueron a la casa de su padre y le dijeron: «Esta noche vamos a matar a don Vicente Borrel por ser quien tuvo la culpa de que mataran a tu hijo, ven si quieres». Y el padre de Pichele respondió: «Si se hubiera estado quieto, no hubiera muerto». Se había picado en las mujeres (dos o tres queridas que tenía) y en las lecturas.

- Estábamos segando en Alhambra la cebada y, antes de segar los candeales, nos vinimos a Tomelloso, que fue cuando explotó el movimiento. Llegó a Tomelloso un cobrador de las contribuciones llamado Andrés, vecino de Alhambra, que, cuando los pobres no podían pagar, le llegaba a quitar los pendientes de las orejas a las mujeres. Cuando lo vieron bajar del taxi, vino una pareja de milicianos a por él. El alcalde me dijo que tenía hecho mucho mal en Tomelloso, que a la mañana siguiente lo iban a pasear.

- A los 5 o 6 días después, vino un grupo de milicianos de la CNT que decían que eran de Madrid, un total de 8 o 10, en dos coches, fueron los que quemaron los santos. Vinieron avisados por los de aquí, los Conejillos y todos esos. Fue cuando se empezó a encerrar a gente y a matar. Los que mataron lo fueron en los primeros días.

- La «Noche que mataron a los once». Los llevaron a la carretera de Sotuélamos, donde se cruza con la de Villarrobledo. Fue en agosto del 36. Luego ya no hubo más muertos. De que se enteró don Urbano Martínez, ya se los habían llevado.

- Don José Lozano y su hijo, que vivían en la calle de la Feria esquina a la calle del Charco. Su herrería la tenían donde está ahora el Hogar del Jubilado de la Caja de Ahorros de Ronda.

- Félix Román el Corralero también lo mataron, porque le tenían coraje. Camilo Montera fue extraño su muerte, era un obrero, no había motivos, cosas entre ellos.

- A Piñedo también lo mataron; y al gerente de la luz; a Joaquín María (por milicianos de Villarrobledo); a Amparo Coronado, querida del teniente, que vivía en la calle Doña Crisanta esquina a la del Toledillo; Rodrigo, de los Arrecíos; un Plaza de apellido, hermano de Gerardo.

- El «Coche de las Calaveras» fue un coche que requisó la CNT al que le pintaron tres calaveras: una a cada lado y otra detrás. Aquí había uno que era muy malo, muy malo, de la CNT: Conejillo. Cuando acabó la guerra se fue huyendo. En un barco lo cogieron y luego lo fusilaron. Eran de aquí los que iban en el coche, de 2 a 3 personas. El conductor era Francisco el Pañalón; Miguel González, el cuñado de los Pinchas; Periquito; Alfonso Lara, de la CNT, que estuvo 7 u 8 años en la cárcel.

El coche salía a cualquier hora, para atemorizar. Los que iban en él presumían de ello. A los que mataron, ni los enterraban. Al de las contribuciones lo mataron en la carretera de Alcázar y lo enterraron en un majano ahí donde se aparta el camino de Marta. Los perros lo destaparon y de que fueron a por él estaba «empezado» por los perros.

- Los escopeteros, generalmente, iban con monos azules. No los ataban antes de matarlos. También mataron a un padre y su hijo: los Gonzalo. Todo esto fue en los dos primeros meses, luego ya no. Eso se llamaba «darles el paseo». Iban a sus casas a buscarlos. Si no salían, forzaban la puerta. A otros los dejaban encerrados en sus casas, con una pareja de milicianos, como Jonás Torres.

- El entrevistador pregunta sobre un túnel que iba desde el convento de las monjas, en el Mercado (y más tarde cárcel de las Monjas), al subterráneo de la Iglesia, si bien dice que sin confirmar. En cambio dice que sí está confirmado, por un aparejador que visitó las obras del nuevo ayuntamiento, otro túnel que iba desde ese nuevo Ayuntamiento en dirección a a la Iglesia, el cual, cuando hicieron las acometidas del alcantarillado en la calle Socuéllamos, parte de él se hundió.

En la puerta de la Iglesia, al plantar árboles, han sacado restos. También al excavar en el año 40 en el patio del convento de las Monjas salieron restos de niños pequeños. El entrevistado no lo sabe. Solo que allí estuvieron presos muy poco tiempo antes de llevárselos a la cueva de Peinado. También estuvieron presos los de Socuéllamos y los de Pedro Muñoz.

- Las Colectividades. La Sociedad de Trabajadores de la Tierra pertenecía a la UGT - Partido Socialista. El decreto de arrendamientos colectivos del 31 se empezó a aplicar en Tomelloso en el 36. Antes nadie cedió nada de nada. Empezó en octubre, noviembre… Las grandes superficies se arrendaban a un campesino, quien a su vez la subarrendaba, esto era algo muy común. En este pueblo todo el mundo era muy individualista, cada uno quería ser solo y no unirse a otro, lo que iba en perjuicio de los pequeños.

Algunos pequeños colonos se unieron a la Casa del Pueblo antes de la guerra y ya hacían alguna fuerza. No hubo arrendamientos colectivos. Las iniciativas previas a la guerra no llegaron a nada. Todo estaba en cultivo por los grandes propietarios, salvo la Casa del Aire, de Jonás Torres, que la tenía para caza, aunque no pertenecía a Tomelloso.

Parte 4 de 5: CAÑAS_CS_02_B:

- Logros de la Colectividad. Que todo el mundo pudiera vivir por igual. Se ganaba un sueldo como con un patrón, con dinero de los bancos. Manuel Menor, socialista viejo, de Valdepeñas, fue el que tomó la rienda de todos los bancos, el que intervino los bancos. Los bancos eran cuatro: el Español, el Hispanoamericano, el Central… Antes de que se cogiese la primera cosecha, hubo que coger dinero a crédito de los bancos para pagar los sueldos. Dinero que había que devolver. El sueldo era de 5 pesetas, luego subió a 6 y, a la terminación, a 8 pesetas.

-La gente era dócil, no había huelgas. No era un pueblo revolucionario, sino trabajador, de ahí que se hicieran tan ricos los que cogían las cosechas. El arrendamiento estaba muy extendido.

- De haber seguido la Colectividad, el pueblo habría ido muy para arriba. En la Colectividad se trabajaba igual que fuera de ella: de sol a sol, de semana o de a dos semanas. Si el padre se iba a la guerra, se cubría con un sueldo a la familia desde la Colectividad. Se pusieron muchas fanegas de viña.

- Se recogieron refugiados de Andalucía, en todas las casas había, quizás más de 3.000.

- En unas elecciones municipales durante la República, unos que dijeron que eran socialistas no lo eran. Uno dijo: «ahora hemos ganado nosotros las elecciones y las de las izquierdas os vais a joder». Hasta que se hizo la Colectividad ganábamos 4 pesetas y media arroba de vino.

- En Tomelloso, en la República, estaba Izquierda Republicana, que era de derechas, y lo que más, los socialistas. El que llevaba la batuta era Urbano Martínez. Tras su cárcel, se fue a América, a Méjico. Había mucha CNT.

- Formamos la Casa del Pueblo sobre el 28 o el 29 y estábamos 20 hombres hasta que, de puerta a puerta, conseguimos hacer más gente. El obrero de Tomelloso no era político, era trabajador. Aquí había mucho analfabeto, pues los niños eran quitados muy pronto del colegio.

- Los pequeños colonos se empezaron a reagrupar con nosotros. Los patronos, según la ideología, le daban trabajos a unos o a otros. En el Casino Liberal, donde estaban todos los grandes, una noche Jonás Torres le dijo a Urbano Martínez «saca el paraguas que está lloviendo» y uno dijo «toma esto» y sacó su puño de izquierdas. Los grandes propietarios tenían revuelto con ellos a don Urbano Martínez.

- Tenían a Urbano preso en una cueva, se murió una hija suya y, conducido por dos de la guardia, lo llevaron a su casa, en la calle Socuéllamos, esquina a la calle África. Y yendo por la plaza salió una hija de don Alfredo Guerra y le dio 10 o 12 «manota’s». «¿Eso es educación?» Don Urbano estuvo 5 o 6 años en la cárcel. También, como él estaba en el ejército, todos los señoritos de este pueblo los tenía cubiertos con él, y luego mira lo que le hicieron. La familia pasó mucha hambre. Lo que es la EMPE era su huerta. Su mujer pasó mucha hambre, solo la mujer de Eugercios, que eran muy amigas, le dejaba un pan de caer por la ventana para que comieran.

- Y cuando salió de la cárcel, se fue a Méjico y murió allí. Don Urbano le dijo a su familia de irse con él a Méjico, con su tío, que era muy rico, pero no quisieron. Tenía un hijo, una hija y su mujer. Era un hombre de mucho genio. Se los dejó a los tres en Santander. Allí en Méjico trabajó como abogado. Cuando les devolvieron las fincas ya tuvieron para vivir. La familia lo vendió todo.

- La gente huyó normalmente para Valencia y para otras partes de España.

- Los ricos, como vieron que les pisamos el freno del todo, luego cuando vino Franco...

- Con la Colectividad se consiguió una mayor productividad, compartir medios de producción, reagrupar las tierras… Se vio que con menos mulas se conseguía mayor productividad.

- ¿Por qué la Sociedad de Trabajadores de la Tierra, la primera de la región, no consiguió que le arrendaran tierras según el Decreto de 1931? La Ley de Términos impedía salirte de tu término. Las colectividades de otros pueblos se quedaron con las tierras de los tomelloseros que tenían en esos términos. Aquí, hasta que no se puso en marcha la Colectividad, no hubo nada de eso.

- En las elecciones de abril del 31 ganaron los socialistas, don Urbano Martínez.

Parte 5 de 5: CAÑAS_CS_03_A:

- Durante el bienio del 34 al 36, ganaron las derechas en Tomelloso. Hubo más paro, más venganza. Ellos estaban más resabiados. La Sociedad no se disolvió.

- Como pusieron la Ley de Términos, aquí no había nada qué hacer, estaba todo fuera.

- Los de la CNT vinieron, comprometieron a los de la CNT de aquí y fue cuando comenzaron los asesinatos. Si no vienen los madrileños, salvo las dos muertes primeras, no hubiera habido más, porque Tomelloso no es pueblo sangriento.

- En el 38 y 39 cada vez la gente creía más en la Colectividad porque vieron que funcionaba. Los productos de la huerta era para el consumo propio (patata, tomate, pimiento…) En la calle Socuéllamos, donde están los Padres, teníamos una tienda donde iba a comprar los colectivistas. Luego, como sobraba género, iba todo el pueblo a comprar. Ahí se compraba más barato que en otro lado. Yo una vez fui a Alcoy con un camión de vino a cambio de mantas.

- Los pequeños colonos, por su cuenta, se iban con el vino en sus carros a venderlo a Madrid o a dónde veían, y como había que hacer alcohol para la guerra, de ahí que se prohibiera su venta por el ayuntamiento.

- Magdaleno, que vive en la calle Peinado, llevaba la sección de los bodegueros, era destilador en casa de Jonás. Nosotros no teníamos aparatos de alcohol, sino que se lo cedíamos a ellos, «porque otra cosa no nos interesaba».

- A las familias de Jerez no les interesaba que se bombardeara en Tomelloso. «Nosotros siempre hemos dicho que nos salvaron esos». Luego, cuando las cogieron, tenían más dentro que lo que había cuando las cogimos.

A partir del minuto 09’23” se escucha la grabación del Pleno del Ayuntamiento de 30-03-1990, dando la sensación que la grabación de la entrevista se hizo en una casete que se había utilizado previamente para grabar ese Pleno.

8.5. Condiciones de adquisición y/o precio

Remitida(s) la(s) casete(s) al Archivo Municipal, probablemente en 1992, tras finalizar los trabajos que dieron lugar al libro "Tomelloso en la frontera del miedo".
Digitalizada(s) por María Dolores Lara Lomas en abril de 2022.
Editado el audio en junio de 2023.

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Autoridad

Cronológicos

Forma

Conjuntos de fichas