Entrevista al hijo de un afiliado al PCE

Ficha

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Signatura

CAÑAS_08

Serie

Entrevistas para Tomelloso en la frontera del miedo

1.3. Título

Entrevista al hijo de un afiliado al PCE

1.4. Clase de documento

Grabación sonora

1.6. Subtítulo y/o información complementaria

Realizada por Dionisio Cañas

1.7. Mención de responsabilidad

Ayuntamiento de Tomelloso

4.6. Fecha de publicación

1990-sm-sd

5.3. Extensión y designación específica del material

2 audios (mp3):
Parte 1 de 2: 29'02" (41,47 Mb) CAÑAS_CS_08_A
Parte 2 de 2: 31'01" (43,75 Mb) CAÑAS_CS_08_B

5.4. Otras características físicas

Casete Normal Position, estéreo

7.4.A. Notas que complementan la información de un área determinada

Los audios se grabaron en 2 caras (de 30' cada una) de 1 casete.
En la edición del audio se han cortado los tramos correspondientes al inicio y final de la pista, conservándose exclusivamente la grabación de la entrevista.
Se normaliza el volumen de los audios y se reduce el ruido.
Las casetes originales se conservan en el Archivo Municipal de Tomelloso.

7.4.M. Nota de contenido

Parte 1 de 2: CAÑAS_CS_08_A:

- A mí no me da miedo. Los socialistas eran muy blandos y ahora también la mayoría son muy blandos.

- En la guerra ya estaba mi padre en el Partido Comunista y, donde estaba él, se sublevaron. Él iba con los comunistas y luego se hicieron del poder los otros. Mi padre salió de la cárcel hecho un comunista, tenía mucho genio. Pedro Martínez (nombre de mi padre).

- Mi experiencia, una que no se me olvida, es que estaba en segundo de bachiller cuando terminó la guerra, yo era el más joven de allí. Cuando acabó la guerra tenía 9 años.

- Mi padre no se metió inmediatamente en política. Se metió más bien porque don Urbano Martínez, que era más que familia, como hermanos con mi padre, estuvo con mi padre en la cárcel y en la guerra. Urbano estuvo en la cárcel porque lo pillaron en Alicante y lo trajeron aquí.

A Urbano le pusieron dos penas de muerte y a mi padre una. Estuvieron en la plaza 10 noches haciendo guardia porque decía la CNT que había que matar a alguno (cuando explotó la guerra), porque en el otro bando estaban haciendo una escabechina. No he visto nunca bien de matar porque no había motivo.

- Los que mataron. Cosas de muchachos. Al cura lo vi yo. Fuimos a ver lo del cura don Vicente Borrel al cementerio. Me acuerdo del impacto que me causó. Estábamos en el tablero de un carro, en el cementerio. Llevaba un traje negro, tenia bastantes tiros, maltratado no creo yo. Fue mucha gente del pueblo a verlo, se veía mucha gente en el paseo. Hay gente buena y mala. El cura tenía fama de malo, era mala persona, yo lo he escuchado después; en una misa del gallo, le dieron un capón. Ofrecía cincuenta mil duros «a quien me lo diga», ofrecía dinero para que le chivaran cosas.

Mataron a Pichele, que escribió la carta al cura. Había un coche que iba a la estación a por los viajeros, le llamaban el Coche de las Diarias (era como una diligencia con caballos, como en el Oeste) y vi de traer en el coche un colchón en el que venía Pichele, que no murió inmediatamente, tardó en morir varios días, lo habían acribillado en una siembra cuando fue a recoger el dinero.

- Había un campo de aviación en Argamasilla, desde el puente de hierro, bastante más para allá.

- Me acuerdo de la quema de Santos, en el Asilo, en el Cristo del Olivo, donde está la estatua de San Francisco. A la plaza de la Iglesia no fui, pero se veían de salir las llamas.

- El coche de las calaveras, era un coche negro, un forito, que recogía las gentes para darles el medio paseo. Una noche sacaron a nueve personas y otra noche el resto. El teniente de la Guardia Civil y la mujer. Al primero que mataron fue al cura, también mataron, un poco después, al de las contribuciones de Infantes, recaudador de contribuciones; éste tenía mala fama porque venía aquí y al que no podía pagar, se llevaba una máquina de coser, un gorrino…

A Amparo Coronado Contreras la mataron. También al médico Antonio Herrera Fernández. Yo lo que sé es porque me lo han dicho. A Patrocinio Ortiz Martínez (de mote Sedas) lo mataron. Su hermano Simón tenía a su mujer encerrada. Después de la guerra, su hermano Simón estuvo en la cárcel cuando mandaba el bando republicano [i.e. nacional]. Simón coqueteó con el bando republicano. Simón era muy malo.

Mataron a José Lozano, padre e hijo. El padre veterinario y el hijo estudiante.

José Pinedo Martínez, que vivía en la casa de la verja de los paseos, y Macario, que vivía cerca del primero. Los mataron porque vivieron haciendo propaganda, eran estudiantes.

Mataron a Joaquín Marín Díaz. Le conocí, su hermano se llamaba Ramón. Mi padre y mi abuela, haciendo un esfuerzo, tenían una viña y alquilaron la cueva de los Sartenes. Ramón dio en quiebra y no les pagó. Mi padre sabía dónde estaba Ramón en Madrid y fue a avisarle para que se marchara y se salvó. Mi padre hizo cosecha en la cueva de ellos, de los Sartenes, y le vendió el vino a Ramón Marín Peinado y éste último le pagó cuando salió de la cárcel, ya que mi padre se había portado muy bien con él, ya que le salvó la vida. Pero entonces, pasado ese tiempo hasta que se cobró el dinero, ya no valió lo mismo.

A los que mataron lo hicieron en dos tandas. Urbano Martínez hizo lo posible porque no se matara a nadie. Urbano, al ver que se le echaba la cosa encima, se fue a la guerra. Fue teniente de una brigada.

- El palo más grande que me dieron fue cuando en la farmacia de Penadés, después de la guerra, a última hora, pusieron un cartel que decía: «no podrán asistir a clase los hijos de la rebelión». Mi padre vendió una viña para que estudiara. Por todos los medios quería que estudiara. Yo iba a clase de bachillerato al Instituto Nacional, en la calle Socuéllamos, en la casa de Urbano Martínez. Era el más pequeño. Antes fui al colegio de la calle El Matadero.

- Me he dedicado a estar en la panadería. En casa Pedrero estuve veinte años hasta que me metí en política, en el Partido Comunista, cuando las primeras elecciones democráticas del año 75 y luego me fui al Partido Socialista. Me fui por ayudar, porque los otros no me gustaba a mí el plan.

- Cuanto sueltan la primera vez a mi padre por el año 50, estaba mi padre de vuelta y leía el fascistón que escondía detrás de una fotografía. Yo también lo leía. Mi padre estuvo 10 años en la cárcel. Entra después de la guerra, en el año 39, por primera vez, y le sueltan en el 49 o 50. En el año 50 comienza a recibir otra vez el periódico de Mundo Obrero, vuelve a meterse aquí en el Partido Comunista. Lo apresaron y lo metieron otra vez en la cárcel y estuvo dos años. En total metieron a unas cincuenta personas y se llevaron a cinco o seis. Mi tío aún era más comunista que mi padre.

- En el 44 detienen a Ramiro Díaz Cañas (secretario de finanzas de la organización comunista de Tomelloso). Cogieron también a Arturo León León, a Cristóbal Borséniz Oliva y Manuel Treviño Mulas. Los mencionan en un complot comunista del año 44.

Había mucha gente que estaba ayudando a los presos y luego los complicaron.

Parte 2 de 2: CAÑAS_CS_08_B:

- Mi padre estaba en libertad condicional. He visto las ropas de mi padre con sangre. Se llevaron a Casero, el abuelo de la mujer de Godo. Mi padre estuvo con él en El Dueso. Y otro era un Carrasco, que era albañil. Otro era un Guerrero, marchaba bien y trabajaba de contable en una bodega.

Mi padre cumplió su condena y estaba con la condicional cuando lo metieron otra vez y estuvo otros 10 años, hasta los años 60, mi chico mayor ya tenía 4 o 5 años.

Mi padre escribía y mi madrastra iba a verlo, al igual que yo cuando me casé. La primera sentencia fue una pena de muerte, estuvo en Alcázar, Almodóvar del Campo y estuvo tres meses esperando en Ciudad Real por la pena de muerte. Luego estuvo en Alcalá de Henares. Cuando lo sueltan la primera vez, entró en Pedrero, que trabajaban otro dos o tres militantes del Partido Comunista. Mi padre era maestro albañil.

Guerrero estaba en casa de Gonzalo, de contable. Guerrero era el más joven de los que se llevaron.

Reyes trabajaba aquí en un taller, sin tener militancia en otros partidos. Cuando terminó la guerra, todos aquellos que se señalaron fueron marcados como opositores del régimen.

Todo lo que pegaba a la Iglesia era suyo, lo de la farmacia y la ferretería Ortiz. Una Berta, de las más activas durante la guerra, que tenían dinero y eran republicanos. Y después de la guerra...

Se ahorcó en el ayuntamiento, en el año 1946, yo no era tan joven, me lo sé de memoria. Los médicos de aquí no querían hacerle la autopsia.

- Fue en la calle Oriente. La Calle de los Carros, llamada antes calle Practicante Briones. Este guardia civil ascendió como la espuma porque estaba relacionado con la muerte de los maquis. Los maquis fueron antes, eran de Membrilla o de La Solana. El Guardia Civil, de un grano de arena, hizo una montaña, solo quería ascender.

Espinosa tenía una tienda, era un hombre menudo. Los que estaban en la casa, a uno lo mataron y a otro lo cogieron y, cuando dijo lo que tenía que decir, se lo llevaron al Parque Viejo donde había un carro, le dispararon, lo echaron al carro y lo llevaron al cementerio a enterrarlo.

- Aquí la Falange lo controlaba todo, en el trabajo, en el deporte...

- Las oficinas de la Colectividad de la UGT estaban el la casa de la Loló, en el pasadizo del Teatro Principal. Fui porque, cuando ingresé en el instituto, mi profesor, José Luis Cano, era el jefe. Había otras oficinas de la CNT, aunque en un principio eran una sola CNT y UGT.

- Cifuentes, el que se ahorcó en el ayuntamiento, lo ahorcaron. Hace poco fui con un policía jubilado y comentando eso dijo que había bajado a llevarle el desayuno y estaba ahorcado con la corbata. Eso lo tienen como un misterio.

- La Concha Guerra, la suegra de Belda, que vive en la calle La Paloma, le metió la torta porque había matado a su padre.

- La cueva de Peinado tiene en sus paredes los letreros escritos por los presos. Mi padre decía que estaba llena, porque también trajeron presos de Socuéllamos. La parte de la derecha de la cuerva. Había un depósito de gasolina de los aviones. Allí en la cueva, que era cárcel, se murieron muchos y les daban palos. Les daban de comer un cazo con zanahorias cocidas. Había tanta gente que mi padre dormía en las escaleras. Peinado cedió voluntariamente la cueva.

- El juez de antes de la guerra, Vicente Lara Olmedo, era buena persona, lo mataron después de la guerra, tras un año en la cárcel de Alcázar, lo mataron allí.

- Los que componían el Comité del Frente de Defensa Nacional [i.e. de la República], esos tenían muerte segura, eran personas buenísimas.

- El Obrero era tío de don Urbano Martínez.

- ¿Tuviste represalias por ser tu padre rojo? - SÍ, fue la del colegio.

Yo escribía a mi padre, pero él a mí no. Me dijo: «tú puedes escribirme lo que quieras». Porque al llevar los sobres la franquicia de la cárcel se veía que venía de allí y podía perjudicarme.

8.5. Condiciones de adquisición y/o precio

Remitida(s) la(s) casete(s) al Archivo Municipal, probablemente en 1992, tras finalizar los trabajos que dieron lugar al libro "Tomelloso en la frontera del miedo".
Digitalizada(s) por María Dolores Lara Lomas en abril de 2022.
Editado el audio en junio de 2023.

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Autoridad

Cronológicos

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Conjuntos de fichas