Entrevista a una Hija de la Caridad

Ficha

Audio 1 de 1

Signatura

CAÑAS_07_B

Serie

Entrevistas para Tomelloso en la frontera del miedo

1.3. Título

Entrevista a una Hija de la Caridad

1.4. Clase de documento

Grabación sonora

1.6. Subtítulo y/o información complementaria

Realizada por Magdalena Aliaga González y Emilia García Bolós

1.7. Mención de responsabilidad

Ayuntamiento de Tomelloso

4.6. Fecha de publicación

1990-sm-sd

5.3. Extensión y designación específica del material

1 audio (mp3):
Parte 1 de 1: 50'15" (68,32 Mb) CAÑAS_CS_07_B

5.4. Otras características físicas

Casete Normal Position, estéreo

7.4.A. Notas que complementan la información de un área determinada

El audio se grabó en 1 cara (de 50') de 1 casete.
El audio se interrumpe antes de que finalice la entrevista.
En la edición del audio se han cortado los tramos correspondientes al inicio y final de la pista, conservándose exclusivamente la grabación de la entrevista.
Se normaliza el volumen de los audios y se reduce el ruido.
La casete original se conserva en el Archivo Municipal de Tomelloso.

7.4.M. Nota de contenido

Parte 1 de 1: CAÑAS_CS_07_B:

- La beneficencia con los pobres. Me parece que la fundación de la Asociación de las Damas de la Caridad fue en el año 1940. Vino de Jerez don Juan Pedro Domecq con un cura jesuita, el padre Colón, que venía a dar ejercicios espirituales a los obreros de la casa Domecq y vio que no había ninguna asociación de caridad. Había señoras, como Carmen Peinado y Luisa Torres. Todas estas señoras formaban parte de la asociación. Luisa Torres entró luego como secretaria. Nos reunieron en el patio de las Monjas, casi la mitad del patio lleno, se hizo una fotografía. Formaron tres secciones: los Ángeles, las Luisas y las Damas (las señoras casadas). A partir de aquella Junta comenzamos a visitar a las familias por los extrarradios. Había piojos, hambre y mucha miseria.

Los primeros años, al terminar la guerra, los americanos (la ayuda americana) mandaban leche en polvo, quesitos, incluso ropas. Comenzamos por visitar los cuartillejos a legalizar matrimonios que se habían emparejado, pero no estaban casados, a cristianar y que fueran a hacer cursos. Sor Felices daba charlas. Había una especie de capilla a la Virgen. Era una especie de ejercicios espirituales: hombre y mujeres adultos. Yo salía con sor Carmen López (era una privilegiada, sabía de todo, aunque no tenía carrera) y los chicos nos tiraban piedras. La situación social de España era muy salvaje por los enfrentamientos que hubo en la guerra. Nos subíamos en una especie de promontorio, sor Carmen tocaba la campanilla para que acudieran y les dábamos unas charlas cívicas y religiosas.

Había muy poco dinero, las familias pudientes habían quedado muy mal, pero aquí hubo mucha caridad. A veces les hacíamos la comida e incluso les dábamos leche a las familias que iban a por ella. Yo me dediqué más a las medicinas. Don Antonio Penadés, con instrucciones de los médicos que nos daban en un papel, les dábamos las medicinas. Hice un pequeño historial que reflejaba para lo que valían las medicinas en el estante y, si no sabíamos, lo mirábamos en la farmacopea. Luego el ayuntamiento fue poniendo los títulos de beneficencia. Abelardo Contento fue muy caritativo y ayudaba mucho. En época de la guerra, las monjas estuvieron alojadas en casas de familias particulares. Sor Ramona estuvo con doña Loló. Sor Felices y Sor Francisca en casa de Consuelo Montañés. Sor Inés en la casa al lado de Kiko, en la calle Independencia. Yo empecé con Carmen Marín y siempre fuimos juntas toda la vida a las visitas.

- Los repartos extraordinarios al principio se hacían a mano con cestos. Cuando yo me marché a las Hijas de la Caridad, en el año 47, como no me dejaban en casa que me marchase, quemé entre ellos documentos muy importantes, porque lo de la fundación lo quemé. Llevábamos un crucifijo con una cinta rosa y blanca, ahora es Asociación de la Caridad, ya no existe como Damas.

Esta es Pilarín López Ramírez, Inés (la hija de Luisa Torres). La mayoría eran hijas de las Damas. Dorita Peinado (su madre y luego ella), Carmen Ruiz, que vive en la calle Don Víctor... Estas casi todas son Luisas, mayores de 16. Dolores de la Santa, Dorita Peinado, la Cuca (que tenía 10 u 11 hijos), Paca Hurtado, Esperanza Calisto, la Julianita (la mujer del ciego que vende la lotería), mi prima Josefina, sor Dominga Villena. Aquí tengo fotos de cuando íbamos con los cestos y las mantas. A veces había nieve y pasábamos condiciones muy malas.

Como habían pasado mucha hambre, cuando comenzaban a tomar alimentos, se hinchaban y se morían, aunque no eran alimentos muy fuertes. Lo que más mandaban era leche y queso. También legumbres, tomates, todo lo que se podía llevar, pero carne y pescado ni hablar. Recuerdo muchos casos, sobre todo un hombre que era un templo de grande, le visitamos en un cuartillejo, comenzó a hincharse y un día se cayó muerto.

- En aquellos años de miseria y de epidemia hubo una invasión de ratas. Por el canal había muchos pedruscos y por allí había ratas, y en la calle la Luna una madre dejó a su niña durmiendo y la mordisqueó una rata y la niña murió. La señora nos llamó y lo sintió mucho.

- Estaba de presidenta nacional la duquesa de Osuna, de esto no hace tantos años, yo ya llevaba el coche en el año 63. Cuando hacíamos los repartos extraordinarios era en tractor y remolque y nosotras andando. Pero al principio andando por las calles de tierra, pisando nieve y con calzado corriente. Llevábamos también juguetes a los niños, luego ya los daba el ayuntamiento.

- Cuando se salía con la comunión de impedidos, cuando llegaba Pascua, que había obligación de la comunión anual ya que, aparte de los alimentos, había que salvar sus almas, hacíamos parejas. En tiempo de sor Felices nunca íbamos solas, siempre acompañadas a visitar. Todas las niñas de la clase íbamos a visitar. Primero a la abuela y al abuelo o a algún paralítico, llevábamos nuestro catecismo y les instruíamos. El día anterior a pasar al Señor se iban a preparar las condiciones de las casas y prepararles el altarcito para cuando llegase el Señor que estuviera todo listo. Una se dedicaba a atender al enfermo y otra a limpiar. Había mucho deseo de hacer el bien.

Cuando salíamos con el señor iba una pareja delante. Hemos llegado a mucha casas donde hemos tenido que levantar y vestir a los muchachos, limpiar y quitar la ceniza de la estufa para cuando viniera el Señor.

Carmen y yo estuvimos yendo a los franceses, junto al Casino (había una perfumería), frente a tu casa, hace muchos años y la traspasaron a un matrimonio de franceses que vivían solos, no tenían hijos. Vivían en casa de las tías Lauras o junto a las Roperitas. Creo que eran exiliados de Francia, no tenían hijos. Nos hicimos muy amigas suyas y pasábamos e íbamos a visitarlos con frecuencia. Lo hicimos durante mucho tiempo. También les limpiábamos y ayudábamos a hacer todo hasta que se los llevaron al asilo. Él murió allí y ella volvió a Francia.

En la casa de Angelito otros abuelos igual, teníamos que ir a hacerle la limpieza y todo. Era una mujer muy buena, un día le tocaba peinarla a la Carmen y otro a mí, lavábamos, la vestíamos.

Esa misión es la que hemos ido haciendo hasta que empezó a ayudar mucho el ayuntamiento, que comenzó a ayudar con esta beneficencia.

- Sor Felices se fue en 16 de julio de 1959 o 1960 y luego vino sor Constancia. No era de la solvencia de sor Felices, pero también hizo muy buena labor aquí. Formamos un pequeño ropero. Formamos una biblioteca con libros donados, que recientemente he estado organizando porque sor Aurora se está dedicando a otras cosas. La biblioteca también ha hecho mucho bien aquí.

- En época de la República había mucha pobreza, pero no del mismo estilo que después, porque los milicianos saquearon las casas de los pudientes y se hicieron cargo de todos sus bienes, por lo que pasaron necesidad los que no eran pobres. Una persecución a la gente que le decían de derechas, que no podía salir, ni se podía comprar, la gente de ideas contrarias al régimen que había. Todo se cogía con cartillas y con colas porque había mucha necesidad de la población. Ellos no pasaban necesidad. No había venta libre de comestibles. Hubo gente que tuvo medios de salir del pueblo. Iban a los pueblos y traían aceite y trigo, pero la mayoría de las familias que estaban perseguidos no podía salir.

En mi casa, la cosecha de trigo de dos años, que mi abuelo cultivaba, se la llevaron. Mi padre seguía yendo a trabajar a su droguería, pero todo controlado, hasta lo que vendía. Los que hemos vivido la guerra añoramos el régimen de Franco que se encontró con una España derruida y llena de miseria y escombros y él la levantó.

Aquí hubo muchísimos mártires, que ahora dicen que no, que pensaban en sus ideales, porque iban a misa. Yo era pequeña y no me acuerdo bien, tenía 14 o 15 años.

Sacaron los santos de la Iglesia, la profanaron, los sacaron y los quemaron todos, no tuve valor para verlos.

A mi casa venían muchas veces a ver qué había y pasaban, miraban por debajo de la cama, estando yo enferma en ella, y pasaron a otra habitación y otra cama que había se la llevaron. Atemorizaban mucho. La gente escondía el dinero y los bienes porque si no, se los llevaban.

- El ayuntamiento hizo moneda legal de la República, no solo aquí, sino en Madrid, en la Casa de la Moneda. También hicieron moneda republicana. Recuerdo que después ese dinero no valió y retiraron el dinero que había en circulación al pasar el régimen de la República. Había papeles de peseta, de dos pesetas, de cinco pesetas… Algunos con un agujero y otros con el yugo y las flechas, casi al acabarse la Guerra.

- Después de la guerra, la Sección Femenina hizo una labor magnífica, entre otros los gusanos de seda. En la parte de arriba del colegio se puso una oficina y en ese salón grande (que después sor Felices tuvo la reunión de las señoras). Había comedores del Auxilio Social donde iban a comer los niños de los que estaban presos, de los cabecillas que habían matado, que pusieron en principio en la calle Galileo e iban gran cantidad de zarrapastrosos. Tenían sus cocineras. Esa gente quedó muy mal cuando acabó la guerra.

La Sección Femenina hizo mucha obra social. Había tres secciones en la Sección Femenina y se hicieron muchos cursos culturales. Sobre el cincuenta y tantos, hice un curso de divulgación con Dorita Peinado, en las Mansillas, en la Sección Femenina, porque se necesitaban divulgadoras que dieran cuenta de las necesidades que había en las casas. Franco ayudó mucho y puso muchas ayudas. Fuera, en otros lugares, había incluso cursos de capacitación agraria, como en Aranjuez, al que asistí con las hermanas Burillo, de la calle La Feria. Fuimos a una granja escuela, con vacas, cerdos, tenían frutales y hacían mermeladas, tenían abejas y hacían miel, etc.

La Sección Femenina tenía muchas labores y se subsistía por sí sola, sin ayuda del estado. Tenían los comedores, las visitas a domicilio, parecida a la Asociación. Venían también las de la Sección Femenina a los repartos de las Damas de la Caridad y al final éramos casi las mismas y realizábamos los mismos trabajos ambos grupos. También hacían actos artísticos, representaciones como el Danubio Azul... Cuando vino Echevarría formó un coro muy importante, hizo un himno a Tomelloso en el que cantamos también, las Espigadoras...

- Obras de la parroquia del año 1948. No recuerdo nada ni tengo datos.

- La Campaña del Sobre era mandar sobres a las casas pidiendo ayuda. Cada uno metía en el sobre lo que quería. Hubo dos años de mucha necesidad, sobre el 42, por las cosechas y se hizo una campaña extraordinaria de petición y se ayudó con alimentos. Se hicieron campañas grandes de petición, como cuando se montó una oficina para darles ayuda, una campaña grande del hambre en el ayuntamiento y otra se montó en el colegio. Hubo que dar mucha ayuda a las familias necesitadas, sobre todo a las familias numerosas, porque después de la guerra la gente comenzó a multiplicarse. Este pueblo sufrió mucho el hambre, como el resto de España.

Hubo un año de epidemias, después de la guerra, de morirse muchos niños de colitis.

- Tenía unos boletines (folletito de dos hojas que editaba la Asociación) llamado Justicia y Caridad, que describía las necesidades de las gentes, donde constaban las ayudas que se recibían, las que se daban, las ayudas del ayuntamiento. Los tenía todos, desde el primero hasta el último que se editó y mi hermano me los encuadernó y se lo llevó sor Felices y los ha perdido. Venía todo el movimiento desde que se acabo la guerra: los movimientos apostólicos, etc.

- Fue muy grandioso cuando trajeron a la Virgen de Fátima a Tomelloso. Llovía muchísimo, hasta aquí no sé cómo la trajeron, quizá en un camión, yo la vi entrar a la plaza en hombros, salió todo el pueblo a recibirla. Hubo un renacer de fe muy grande en Tomelloso, como habíamos estado reprimidos tres años, al acabarse la guerra hubo muchos actos religiosos.

En caso de necesidad extrema de que no haya sacerdote y haya un niño en peligro de muerte, lo puede bautizar una monja echándole las aguas de socorro, y el bautizo es válido si el niño se muere; si no muere, hay que volverlo a bautizar después. Eso fue y sigue siendo así.

- Hechos curiosos:

- Los niños nacían muy famélicos y había gente muy salvaje que no se responsabilizaba. Yo iba a la calle Mayor como divulgadora y había un niño hinchado y raquítico y le llevábamos leche para recuperarlo. Su madre estaba enferma y se llamaba Rosalía. El niño cada vez más raquítico y le hicimos el doble peso y es que se bebía la leche la madre para que el niño se muriese. No había muchos casos de niños abandonados. El de la rata y éste fueron dos casos muy tristes, aunque el primero no fue por abandono.

- Entonces se juntaban y había varias casas de mal vivir, en la calle Zaragoza habían dos o tres casas de prostitución que estaban reconocidas, pero era gente sencilla, no era mala gente.

- Me engañaron dos gitanas cuando íbamos con el Señor de los Impedidos, al llegar el tiempo Pascual. Concretamente cuando fuimos a visitar a un gitano enfermo, porque los gitanos son muy fervorosos, creen en Dios más que nadie, y le preguntamos si quería que viniera el Señor a su casa y dijo que sí, sí.

8.5. Condiciones de adquisición y/o precio

Remitida(s) la(s) casete(s) al Archivo Municipal, probablemente en 1992, tras finalizar los trabajos que dieron lugar al libro "Tomelloso en la frontera del miedo".
Digitalizada(s) por María Dolores Lara Lomas en abril de 2022.
Editado el audio en junio de 2023.

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Autoridad

Cronológicos

Forma

Conjuntos de fichas